Centrándonos en la IE, tal como es concebida por Mayer y Salovey, comprendemos la Inteligencia emocional como un conjunto de habilidades
emocionales que forman un continuo que abarca desde aquellas de nivel más
básico, que ejecutan funciones fisiológicas fundamentales como la percepción y
atención a nuestros estados fisiológicos o expresivos, a otras de mayor
complejidad cognitiva que buscan el manejo personal e interpersonal. Las cuatro habilidades emocionales de complejidad
ascendente planteadas por estos autores son:
1. La
percepción emocional
En
la base de la pirámide se encontraría la percepción emocional. Esta destreza
emocional consiste en la habilidad para identificar y reconocer tanto los
propios sentimientos como los de aquellos que te rodean. Esta
habilidad se refiere al grado en el que los individuos pueden identificar
convenientemente sus propias emociones, así como los estados y sensaciones
fisiológicas y cognitivas que éstas conllevan.
2. La facilitación o asimilación emocional
La
facilitación o asimilación emocional implica la habilidad para tener en cuenta los
sentimientos cuando razonamos o solucionamos problemas. Esta habilidad se
centra en cómo las emociones afectan al sistema cognitivo y cómo nuestros estados
afectivos ayudan a la toma de decisiones. También ayudan a priorizar nuestros
procesos cognitivos básicos, focalizando nuestra atención en lo que es efectivamente
importante.
En
función de los estados emocionales, los puntos de vista de los problemas
cambian, incluso mejorando nuestro pensamiento creativo.
3. La comprensión emocional
3. La comprensión emocional
La
comprensión emocional implica la habilidad para desglosar el amplio y complejo
repertorio de señales emocionales, etiquetar las emociones y reconocer en qué
categorías se agrupan los sentimientos. Igualmente, la comprensión
emocional supone conocer cómo se combinan los diferentes estados emocionales
dando lugar a las conocidas emociones secundarias (los celos pueden
considerarse una combinación de admiración y amor hacia alguien junto con un
matiz de ansiedad por miedo a perderla debido a otra persona). Por otra parte,
incluye la habilidad para interpretar el significado de las emociones complejas,
por ejemplo, las generadas durante una situación interpersonal (el remordimiento
que surge tras un sentimiento de culpa y pena por algo dicho a un compañero, de
lo que te arrepientes ahora). Contiene la destreza para reconocer las
transiciones de unos estados emocionales a otros (la sorpresa por algo no
esperado y desagradable, el enfado posterior y su expresión, y finalmente, el sentimiento
de culpa debido a esa manifestación de ira desmedida) y la aparición de
sentimientos simultáneos y contradictorios (sentimientos de amor y odio sobre
una misma persona).
4. La regulación emocional
4. La regulación emocional
La regulación emocional
es la habilidad más compleja de la IE. Esta dimensión incluiría la capacidad
para estar abierto a los sentimientos, tanto positivos como negativos, y
reflexionar sobre los mismos para descartar o aprovechar la información que los
acompaña en función de su utilidad. Además, incluye la habilidad para regular
las emociones propias y ajenas, moderando las emociones negativas e
intensificando las positivas. Abarca la capacidad para regular las emociones de
los demás, poniendo en práctica diversas estrategias de regulación emocional
que modifican tanto nuestros sentimientos como los de los demás.
Buenas Tardes Ángela, me podrías decir tu primer apellido para ponérmelo en mi apartado de webgrafia. Muchas gracias.
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